INTRODUCCIÓN
En la Historia de México, se denomina
Porfiriato al periodo de 35 años durante el cual gobernó el país el general
Porfirio Díaz en forma intermitente desde 1876 (al término del gobierno de
Sebastián Lerdo de Tejada), con la pequeña interrupción del presidente Manuel
González, quien gobernó de 1880 a 1884, hasta mayo de 1911, en que renunció a
la presidencia por la fuerza de la Revolución Mexicana encabezada por Francisco
I. Madero y los hermanos Flores Magón. Fue un periodo de estabilidad y mucho
progreso económico en el país, pero también con severas desigualdades sociales
(pobreza que aún prevalece en la actualidad), que terminó con el inicio de la
revolución mexicana.
No obstante, bajo su gobierno estallaron
numerosos conflictos, jugaron un importante papel en la dictadura porfiriana un
grupo de intelectuales y profesionales, los llamados científicos, que veían el
porfiriato como instrumento necesario para la modernización y la democracia. El
gobierno de Díaz, mezcla de progresismo y conservadurismo estuvo lleno de
contradicciones. Aunque su lema era "sufragio efectivo, no
reelección", llegó a ser reelegido en siete ocasiones, abandonó muchas de
sus propuestas iniciales y obtuvo el apoyo de la Iglesia y los
terratenientes.
Bajo la dictadura porfiriana México consiguió un importante progreso económico, apoyado en gran medida por el alto crecimiento de población que experimentó el país en esas décadas. Aumentaron los latifundios a costa de las tierras de las comunidades indígenas, la desamortización de los bienes eclesiásticos y las tierras baldías.
Bajo la dictadura porfiriana México consiguió un importante progreso económico, apoyado en gran medida por el alto crecimiento de población que experimentó el país en esas décadas. Aumentaron los latifundios a costa de las tierras de las comunidades indígenas, la desamortización de los bienes eclesiásticos y las tierras baldías.
Con las grandes propiedades, la agricultura se
orientó a la exportación y creció espectacularmente, sobre todo en la
producción de henequén, café, cacao, hule y chicle. Se favoreció la llegada e
inversión de capital extranjero. El Estado no intervenía en los conflictos
obreros, dejando libertad de acción a los patronos. Se pagaban salarios bajos,
lo que evitaba la llegada de inmigrantes y favorecía el empleo de mano de obra
nacional y una alta rentabilidad. Y con ese capital extranjero se financiaba el
programa de progreso, la construcción y expansión de la red de ferrocarriles
concedidos a las compañías extranjeras y el desarrollo de la minería de plata.
DESARROLLO
DE LA EDUCACION EN MÉXICO.
EL PORFIRIATO.
Esta etapa del país coincide con un
momento particular del desarrollo capitalista que ha sido llamado imperialismo.
Este periodo, en un ámbito internacional, tuvo como principal característica un
nuevo tipo de colonialismo, en el cual los grandes países capitalistas de
Europa y Estados Unidos ya no se preocuparon por controlar de una manera
directa el resto del mundo, sino mediante la apropiación de los recursos
naturales y su mano de obra, por ejemplo la tierra, los minerales, los metales
preciosos y la fuerza de trabajo entre otras cosas más.
México estaba envuelto en una profunda
crisis general, pero en especial económica a causa de las diversas
guerras que lo habían azotado; los caminos estaban plagados de bandidos,
la delincuencia en las ciudades a la orden del día, el trabajo escaseaba y las
inversiones extranjeras no arribaban a México ante la falta de garantías,
tales como seguridad y de más servicios.
Con las inversiones extranjeras se pudieron construir
los ferrocarriles, el telégrafo, el teléfono y mejora la electricidad en este
país; “no todo fue negativo durante el Porfiriato” (Gonzales) ; también se
cambiaron las alcabalas por el comercio exterior y se dieron un énfasis a las
industrias d minería, siderúrgica, de transformación y textil.
Este crecimiento económico no favoreció a todas
las regiones del país, era notorio que este crecimiento solo llego a las
grandes metrópolis tales como Guadalajara, Monterrey y por supuesto la capital
del país, era también notorio que las regiones del sur del país eran las que
mostraban un mayor atraso.
Este modelo económico, apoyado en las
inversiones extranjeras y orientado a satisfacer las demandas del mercado
mundial, es llamado por los economistas “dependiente” con “crecimiento hacia a
fuera”, es decir, que el resultado del crecimiento económico no es resultado
del proceso de maduración de las fuerzas productivas nacionales, sino de
factores externos.
El periodo en el cual el general Díaz estuvo al
frente de la presidencia del país se caracterizaron por la modernización de la
nación; esto significa que arribaron los avances tecnológicos más
sobresalientes de la época. Este crecimiento se vio claramente marcado en dos
ramas de la vida nacional en lo económico y lo administrativo.
La modernización económica fue posible
principalmente a la expansión del ferrocarril, que facilitara el acceso rápido
a todas las regiones distantes y el traslado de mercancías, otro avance
que ayudó al desarrollo de la economía fue el tendido de la red telegráfica y
telefónica. El ferrocarril era considerado la “palanca del progreso”.
La reelección del general Díaz lo hizo
ser el hombre más importante de México por espacio de treinta años.
En este tiempo sucedieron muchas cosas sobresalientes en el país: se logró
alcanzar la estabilidad política; se registró un
extraordinario crecimiento económico, disminuyó considerablemente la
delincuencia y el bandolerismo casi desapareció como fenómeno social.
Pero con estos grandes cambios a favor de la
patria, también hubo grandes abusos tales como: despojo de la propiedad
comunal indígena; se fortaleció el latifundismo; se reprimió con
mano dura, mediante la ley fuga o la pena de muerte, a quienes
alteraran el orden público o se opusieran al régimen; se atacó la
libertad de prensa y la gran parte de la población se mantuvo en la pobreza.
Al empezar el mandato del general Díaz la
mayoría de sus colaboradores eran liberales, pero al terminar el siglo XIX el
llamado grupo de los “científicos” había alcanzado una gran influencia
dentro del mandato del general. Para los liberales su principal
lema era la libertad, pero para el grupo de los científicos era el
progreso, este grupo ejerció una fuerte influencia en el pensamiento del
general, la filosofía del régimen fue el positivismo y su lema “Orden y
progreso”
Al finalizar el régimen, hacia 1910, México
tenía aproximadamente 15 millones de habitantes, de los cuales 11
millones eran campesinos que sobrevivían con salarios que iban entre los 25 y
30 centavos diarios. En términos generales podemos distinguir cuatro
clases de trabajadores en las haciendas: los peones, de residencia
permanente; los trabajadores eventuales; los arrendatarios y los medieros o aparceros.
“Valle
nacional es, sin duda, el peor centro de esclavitud en México.
Probablemente es el peor del mundo. Cuando visite Valle Nacional esperaba
encontrar algo más benigno que Yucatán, pero resultó ser más lastimoso. En
Yucatán, los esclavos mayas mueren más rápidamente de lo que nacen, y dos
tercios de los esclavos yaquis mueren durante el primer año después de la
llegada a la región; pero en Valle Nacional todos los esclavos, con excepción
de muy pocos –acaso cinco por ciento-, rinden tributo a la tierra en siete u
ocho meses.
Esta
afirmación es casi increíble. Yo no lo hubiera creído; acaso ni después de
haber visto la forma como los hacen trabajar, el modo de azotarlos y de
matarlos de hambre, si no hubiera sido por el hecho de que los propios amos me
dijeron que era verdad. Hay quince mil de estos esclavos en Valle Nacional…
¡Quince mil nuevos cada año!
Al
sexto o séptimo mes empiezan a morir como las moscas durante la primera
helada invernal y después no vale la pena conservarlos. Resulta más barato
dejarlos morir, hay muchos más en los lugares de donde éstos vinieron. (Turner)
En 1867 se promulgó la Ley Orgánica de
Instrucción Pública. En ella se establecía la educación primaria gratuita y
obligatoria, se excluía del plan de estudios toda enseñanza religiosa y
contenía disposiciones para la educación secundaria, entre las cuales destacaba
la creación, bajo los principios del positivismo, de la Escuela de Estudios
Preparatorios, la cual habría de sentar las bases de la educación profesional.
La ley sólo regía al Distrito Federal y a los territorios federales, pero
ejerció influencia sobre las leyes estatales.
Durante el Porfiriato, Joaquín Baranda,
Ministro de Justicia e Instrucción, convocó a dos congresos en los que se
reunieron pedagogos, maestros, intelectuales y autoridades. Los resultados de
estos congresos contribuyeron a definir un nuevo proyecto gubernamental de
educación pública, que se consolidó con la promulgación de la Ley de
Instrucción Obligatoria de 1888.
En 1905 se creó la Secretaría de Instrucción
Pública y Bellas Artes, encabezada por Justo Sierra, y en 1910 empezó a
funcionar la Universidad Nacional de México (cuyo titular fue también Justo
Sierra), reuniendo a algunas escuelas que operaban desde 1894. En el campo, las
pocas escuelas que funcionaban estaban en los pueblos y las haciendas que
trabajaban en condiciones muy primitivas; por desgracia no tuvieron mayor
impacto en la población. La Iglesia, por su parte, no expandió su labor
educativa, sólo contaba con el 4% de los planteles existentes para 1910.
El impulso a las escuelas de adultos, es decir,
de los niños que han pasado ya de la edad escolar, o de los hombres que forman
parte de las clases obreras, y que no han podido recibir la educación elemental
primaria o no han podido completarla.
La Escuela Normal de Profesores resultó de la
conversión de una preparatoria para mujeres que funcionaba en la capital; en
esta misma ciudad en 1887 el Gobierno Federal inauguró la Escuela Nacional de
Profesores. En la fundación de estas instituciones y de la mayoría del interior
de la República, fue clara la influencia del modelo de escuela normalista
norteamericana; tan fue así que los programas de las escuelas normales eran
revisados frecuentemente para mantenerlos al día con la pedagogía del momento
en Europa y Estados Unidos.
El programa del desarrollo de las facultades
que se trató de implantar en México, tropezó además de la insuficiencia de los
presupuestos educativos de algunos Estados, con una realidad de tres siglos de
lastre colonial y con una lealtad de las masas hacia la Iglesia, que se trató
de transformar en lealtad hacia el Estado. Los maestros ocupaban una posición
muy contradictoria al interior de la estructura social; en tanto crecía la
demanda de maestros, sus condiciones de trabajo, su prestigio social y sus
salarios permanecían bajos, los maestros que trabajaban para el gobierno
federal percibían mensualmente 50 pesos en tanto que los municipales ganaban la
mitad. (Staples)
LA REVOLUCIÓN.
Durante el Porfiriato, gracias a una estable
economía lograda se le daba un gran impulso a educación. En la revolución fue
de manera distinta, ya que la guerra por el poder termino por involucrar en las
filas de los revolucionarios a maestros, a docentes que abandonaron sus aulas
de clase por una lucha social.
En cierta forma la educación se estancó por
algún tiempo, a pesar de los esfuerzos del gobierno por continuar la formación
y reclutamiento del magisterio, todo fue casi imposible, ya que las condiciones
en las que estaba nuestro país n eran las adecuadas. En cambio “Los gobiernos de los estados, adoptaron
tantas políticas como participación tuvieron en la revolución: hay estados en
los que nada ocurre y otros en los que las escuelas primarias y normales fueron
sometidas a intensas presiones por los conflictos políticos, que en ocasiones
tuvieron como desenlace su clausura durante varios meses o años” (Arnaut) . La idea
anterior, es muy clara era tal el conflicto de la revolución, que en ocasiones
salían afectadas las escuelas y ´por ende los docentes.
Desde el punto de vista de Arnaut en el texto
“Los maestros en la revolución”, se distinguen tres tipos de maestros durante
la revolución, los primeros fueron los que de alguna manera no intervinieron
para nada en la revolución, estos seguían sus labores docentes de igual manera.
En cambio, existieron docentes los cuales fueron víctimas de la política y sus
pagos se retrasaban quedando sin algún sustento económico. Por ultimo otros
maestros durante la revolución participaron en alguna de las facciones o grupos
revolucionarios como ideólogos, escribanos, secretarios y consejeros de los
jefes, organizadores y dirigentes de campesinos y obreros.
Durante la revolución las escuelas normales se
convirtieron en un aspecto muy importante, ya que por un lado transmitieron y
reprodujeron los valores del orden, y por otro, fueron transmisoras de los
valores del cambio. Al mismo tiempo, las escuelas normales, se volvieron desde
esta época un problema que afectaba al gobierno, ya que en esta época estas
instituciones se volvieron nidos de conservadores y cuna de revolucionarios.
LA CREACIÓN DE LA SEP.
Otro punto importante después de las luchas
sociales del Porfiriato y de la revolución fue exactamente la creación de la SEP. Esta
etapa está marcada por un cambio rotundo en la forma de ver a la educación, ya
que ahora existiría una nueva forma de organizar la educación, una nueva forma
de brindar la instrucción pública.
Tras las caída de Carranza, ocurrida en 1920,
aparece un personaje que marcaría por completo a esta etapa de la historia de
la educación, José Vasconcelos para esta época ya tenía gran influencia en
órganos de la cultura nacional.
En 1920, Vasconcelos, por indicaciones de
Adolfo de la Huerta, ocupara la jefatura del departamento universitario y
bellas artes, sitio desde el cual realizo una campaña de reforma en los modelos
educativos y en la teoría pedagógica del sistema. Para esta época, José
Vasconcelos comenzaba a mostrar las grandes ideas de cambio que la tenía y
comenzaba a trabajar para ponerlas en práctica en nuestro país.
Estaba claro que Vasconcelos para triunfar con
sus ideas necesitaba de más personas que le ayudaran, por ende, su proyecto
educativo, institucional y nacionalista, fue elaborado con la colaboración de
personajes de talla intelectual y conciencia comprometida con la renovación cultural que se deseaba.
Entre estos personajes se encuentran Ezequiel Chávez, Enrique O. Aragón,
Mariano Silva y Aceves Alonso Caso, Manuel Gonzales Morín y Alberto Vázquez del
Mercado, los cuales pertenecían al grupo llamado “los sabios”.
El 29 de Septiembre de 1921, se expide el
decreto que declara la creación de la Secretaria de Educación Pública, pero
quedo instalada debidamente hasta el día 10 de octubre de 1921, mismo día en el
que inicia sus funciones. Desde ese instante la educación en nuestro país fue
muy diferente, ya que ahora existía una instancia que solo se encargaba de
regular la educación y la cual tenía bajo su responsabilidad guiar por un buen
camino a la instrucción educativa.
“Como secretario de Educación del Gobierno
Federal, Vasconcelos es el iniciador de las campañas de alfabetización y el
principal impulso de la construcción de las escuelas en nuestro país” (López, 2011) . Para esta época
gracias al auge de la inversión extranjera comenzada desde el Porfiriato, se
contaba con un buen recurso para cumplir con cada una de las ideas de José
Vasconcelos, es por ello que el dinero no impidió que las ideas de Vasconcelos
se hicieran realidad.
Con la creación de la secretaria de educación
pública se puede decir que comenzó la educación popular en México, la educación
para las masas, al tiempo de buscar la modernización. La gestión de Vasconcelos
duro dos años cinco meses de octubre de 1921 a junio de 1924, meses en los
cuales trabajo para sacar adelanta a la educación de nuestro país.
CONCLUSIONES.
La educación de nuestro país ha atravesado
diversos procesos hasta consolidarse en la educación que tenemos actualmente,
una época de gran impulso, y de consolidación comenzó justamente desde el Porfiriato.
Como conclusión general de estos temas que acabamos de tratar, podemos decir
que, a pesar de los grandes esfuerzos que se han hecho por tener una buena
educación en nuestro país, actualmente no se ha consolidado por completo una
educación de calidad, una educación que asegure la igualdad, la equidad y que
acabe con el analfabetismo.
Hablando específicamente de la época del Porfiriato,
no todos los aspectos fueron malos, sino al contrario, a esta época le debemos
que hubiéramos una buena economía y lo cual posibilito que en la época de
Vasconcelos se creara y se pusieran en práctica cada una de las ideas de este
gran personaje.
A la revolución le debemos el gran auge que
tuvo las escuelas normales como formadoras de docentes, así también una
conciencia de lucha a favor de la defensa de los derechos de las instituciones
educativas. Aunque para muchos este aspecto puede no ser tan bueno, nosotros lo
decidimos destacar, ya que durante la revolución nos dimos cuenta que el
docente no solo era el que por tradición estaba en su salón de clases
impartiendo los temas, sino por el contrario, está relacionado con la comunidad
y comprometido completamente con la sociedad.
Por último, la creación de la Secretaria de
Educación Pública fue la parte fundamental de consolidación de una educación
como la conocemos actualmente, por lo tanto lo resaltamos como el punto
fundamental de la educación de nuestro país, de lo contrario si no existiera
una institución que regulara la educación, la situación de nuestro país estaría
peor. En nuestras manos esta mejorar aún
más la educación de México, formando a mejores ciudadanos construiremos una
nación mejor.
HajxgeB:& que x irse de izrux dyyfcfufifuxexurrxurxfux xxururfufxuxufxufxfufy
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