Este blog contiene evidencias de aprendizaje de la asignatura "La Educación en el Desarrollo histórico de México II", correspondiente a el tercer semestre de la Licenciatura en Educación Secundaria con Especialidad en Telesecundaria.

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viernes, 20 de enero de 2017

ENSAYO: LA EDUCACIÓN EN EL PORFIRIATO

INTRODUCCIÓN
En la Historia de México, se denomina Porfiriato al periodo de 35 años durante el cual gobernó el país el general Porfirio Díaz en forma intermitente desde 1876 (al término del gobierno de Sebastián Lerdo de Tejada), con la pequeña interrupción del presidente Manuel González, quien gobernó de 1880 a 1884, hasta mayo de 1911, en que renunció a la presidencia por la fuerza de la Revolución Mexicana encabezada por Francisco I. Madero y los hermanos Flores Magón. Fue un periodo de estabilidad y mucho progreso económico en el país, pero también con severas desigualdades sociales (pobreza que aún prevalece en la actualidad), que terminó con el inicio de la revolución mexicana.
No obstante, bajo su gobierno estallaron numerosos conflictos, jugaron un importante papel en la dictadura porfiriana un grupo de intelectuales y profesionales, los llamados científicos, que veían el porfiriato como instrumento necesario para la modernización y la democracia. El gobierno de Díaz, mezcla de progresismo y conservadurismo estuvo lleno de contradicciones. Aunque su lema era "sufragio efectivo, no reelección", llegó a ser reelegido en siete ocasiones, abandonó muchas de sus propuestas iniciales y obtuvo el apoyo de la Iglesia y los terratenientes.

Bajo la dictadura porfiriana México consiguió un importante progreso económico, apoyado en gran medida por el alto crecimiento de población que experimentó el país en esas décadas. Aumentaron los latifundios a costa de las tierras de las comunidades indígenas, la desamortización de los bienes eclesiásticos y las tierras baldías.
Con las grandes propiedades, la agricultura se orientó a la exportación y creció espectacularmente, sobre todo en la producción de henequén, café, cacao, hule y chicle. Se favoreció la llegada e inversión de capital extranjero. El Estado no intervenía en los conflictos obreros, dejando libertad de acción a los patronos. Se pagaban salarios bajos, lo que evitaba la llegada de inmigrantes y favorecía el empleo de mano de obra nacional y una alta rentabilidad. Y con ese capital extranjero se financiaba el programa de progreso, la construcción y expansión de la red de ferrocarriles concedidos a las compañías extranjeras y el desarrollo de la minería de plata.
DESARROLLO DE LA EDUCACION EN MÉXICO.
EL PORFIRIATO.
Esta etapa del país coincide con  un momento particular del desarrollo capitalista que ha sido llamado imperialismo. Este periodo, en un ámbito internacional, tuvo como principal característica un nuevo tipo de colonialismo, en el cual los grandes países capitalistas de Europa y Estados Unidos ya no se preocuparon por controlar de una manera directa el resto del mundo, sino mediante la apropiación de los recursos naturales y su mano de obra, por ejemplo la tierra, los minerales, los metales preciosos y la fuerza de trabajo entre otras cosas más.
México estaba envuelto  en una profunda crisis general, pero en especial económica  a causa de las diversas guerras que lo habían azotado; los caminos estaban  plagados de bandidos, la delincuencia en las ciudades a la orden del día, el trabajo escaseaba y las inversiones  extranjeras no arribaban a México ante la falta de garantías, tales como seguridad y de más servicios.
Con las inversiones extranjeras se pudieron construir los ferrocarriles, el telégrafo, el teléfono y mejora la electricidad en este país; “no todo fue negativo durante el Porfiriato” (Gonzales); también se cambiaron las alcabalas por el comercio exterior y se dieron un énfasis a las industrias d minería, siderúrgica, de transformación y textil.
Este crecimiento económico no favoreció a todas las regiones del país, era notorio que este crecimiento solo llego a las grandes metrópolis tales como Guadalajara, Monterrey y por supuesto la capital del país, era también notorio que las regiones del sur del país eran las que mostraban un mayor atraso.
Este modelo económico, apoyado en las inversiones extranjeras y orientado a satisfacer  las demandas del mercado mundial, es llamado por los economistas “dependiente” con “crecimiento hacia a fuera”, es decir, que el resultado del crecimiento económico no es resultado del proceso de maduración de las fuerzas productivas nacionales, sino de factores externos.
El periodo en el cual el general Díaz estuvo al frente de la presidencia del país se caracterizaron por la modernización de la nación; esto significa que arribaron los avances tecnológicos más sobresalientes de la época. Este crecimiento se vio claramente marcado en dos ramas de la vida nacional en lo económico y lo administrativo.
La modernización económica fue posible principalmente a la expansión del ferrocarril, que facilitara el acceso rápido a todas las regiones distantes y el traslado de  mercancías, otro avance que ayudó al desarrollo de la economía fue el tendido de la red telegráfica y telefónica. El ferrocarril era considerado la “palanca del progreso”.
La reelección del general Díaz  lo hizo ser el hombre más importante  de México  por espacio de treinta años. En este tiempo sucedieron muchas cosas sobresalientes en el país: se logró alcanzar la estabilidad  política; se registró  un extraordinario  crecimiento económico, disminuyó considerablemente la delincuencia  y el bandolerismo casi desapareció como fenómeno social.
Pero con estos grandes cambios a favor de la patria, también hubo grandes abusos  tales como: despojo de la propiedad comunal  indígena; se fortaleció  el latifundismo; se reprimió con mano dura, mediante la ley  fuga  o la pena de muerte, a quienes alteraran el orden público o se opusieran  al régimen; se atacó la libertad de prensa y la gran parte de la población se mantuvo en la pobreza.
Al empezar el mandato del general Díaz  la mayoría de sus colaboradores eran liberales, pero al terminar el siglo XIX el llamado grupo de los “científicos”  había alcanzado una gran influencia dentro del mandato del general. Para los liberales  su principal lema  era la libertad, pero para el grupo de los científicos  era el progreso, este grupo  ejerció una fuerte influencia en el pensamiento del general, la filosofía del régimen fue el positivismo y su lema “Orden y progreso”
Al finalizar el régimen, hacia 1910, México tenía aproximadamente  15 millones de habitantes, de los cuales 11 millones eran campesinos que sobrevivían con salarios que iban entre los 25 y 30 centavos diarios. En términos generales podemos distinguir cuatro clases  de trabajadores en las haciendas: los peones, de residencia permanente; los trabajadores eventuales; los arrendatarios y los medieros o aparceros.
“Valle nacional es, sin duda, el peor centro de esclavitud en  México. Probablemente es el peor del mundo. Cuando visite  Valle Nacional esperaba encontrar algo más benigno que Yucatán, pero resultó ser más lastimoso. En Yucatán, los esclavos mayas mueren más rápidamente de lo que nacen, y dos tercios de los esclavos yaquis mueren durante el primer año después de la llegada a la región; pero en Valle Nacional todos los esclavos, con excepción de muy pocos –acaso cinco por ciento-, rinden tributo a la tierra en siete u ocho meses.
Esta afirmación es casi increíble. Yo no lo hubiera creído; acaso ni después de haber visto la forma como los hacen trabajar, el modo de azotarlos y de matarlos de hambre, si no hubiera sido por el hecho de que los propios amos me dijeron que era verdad. Hay quince mil de estos esclavos en Valle Nacional… ¡Quince mil nuevos cada año!
Al sexto o séptimo  mes empiezan a morir como las moscas durante la primera helada invernal y después no vale la pena conservarlos. Resulta más barato dejarlos morir, hay muchos más en los lugares de donde éstos vinieron. (Turner)
En 1867 se promulgó la Ley Orgánica de Instrucción Pública. En ella se establecía la educación primaria gratuita y obligatoria, se excluía del plan de estudios toda enseñanza religiosa y contenía disposiciones para la educación secundaria, entre las cuales destacaba la creación, bajo los principios del positivismo, de la Escuela de Estudios Preparatorios, la cual habría de sentar las bases de la educación profesional. La ley sólo regía al Distrito Federal y a los territorios federales, pero ejerció influencia sobre las leyes estatales.
Durante el Porfiriato, Joaquín Baranda, Ministro de Justicia e Instrucción, convocó a dos congresos en los que se reunieron pedagogos, maestros, intelectuales y autoridades. Los resultados de estos congresos contribuyeron a definir un nuevo proyecto gubernamental de educación pública, que se consolidó con la promulgación de la Ley de Instrucción Obligatoria de 1888.
En 1905 se creó la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, encabezada por Justo Sierra, y en 1910 empezó a funcionar la Universidad Nacional de México (cuyo titular fue también Justo Sierra), reuniendo a algunas escuelas que operaban desde 1894. En el campo, las pocas escuelas que funcionaban estaban en los pueblos y las haciendas que trabajaban en condiciones muy primitivas; por desgracia no tuvieron mayor impacto en la población. La Iglesia, por su parte, no expandió su labor educativa, sólo contaba con el 4% de los planteles existentes para 1910.
El impulso a las escuelas de adultos, es decir, de los niños que han pasado ya de la edad escolar, o de los hombres que forman parte de las clases obreras, y que no han podido recibir la educación elemental primaria o no han podido completarla.
La Escuela Normal de Profesores resultó de la conversión de una preparatoria para mujeres que funcionaba en la capital; en esta misma ciudad en 1887 el Gobierno Federal inauguró la Escuela Nacional de Profesores. En la fundación de estas instituciones y de la mayoría del interior de la República, fue clara la influencia del modelo de escuela normalista norteamericana; tan fue así que los programas de las escuelas normales eran revisados frecuentemente para mantenerlos al día con la pedagogía del momento en Europa y Estados Unidos.
El programa del desarrollo de las facultades que se trató de implantar en México, tropezó además de la insuficiencia de los presupuestos educativos de algunos Estados, con una realidad de tres siglos de lastre colonial y con una lealtad de las masas hacia la Iglesia, que se trató de transformar en lealtad hacia el Estado. Los maestros ocupaban una posición muy contradictoria al interior de la estructura social; en tanto crecía la demanda de maestros, sus condiciones de trabajo, su prestigio social y sus salarios permanecían bajos, los maestros que trabajaban para el gobierno federal percibían mensualmente 50 pesos en tanto que los municipales ganaban la mitad. (Staples)
LA REVOLUCIÓN.
Durante el Porfiriato, gracias a una estable economía lograda se le daba un gran impulso a educación. En la revolución fue de manera distinta, ya que la guerra por el poder termino por involucrar en las filas de los revolucionarios a maestros, a docentes que abandonaron sus aulas de clase por una lucha social.
En cierta forma la educación se estancó por algún tiempo, a pesar de los esfuerzos del gobierno por continuar la formación y reclutamiento del magisterio, todo fue casi imposible, ya que las condiciones en las que estaba nuestro país n eran las adecuadas. En cambio “Los gobiernos de los estados, adoptaron tantas políticas como participación tuvieron en la revolución: hay estados en los que nada ocurre y otros en los que las escuelas primarias y normales fueron sometidas a intensas presiones por los conflictos políticos, que en ocasiones tuvieron como desenlace su clausura durante varios meses o años” (Arnaut). La idea anterior, es muy clara era tal el conflicto de la revolución, que en ocasiones salían afectadas las escuelas y ´por ende los docentes.
Desde el punto de vista de Arnaut en el texto “Los maestros en la revolución”, se distinguen tres tipos de maestros durante la revolución, los primeros fueron los que de alguna manera no intervinieron para nada en la revolución, estos seguían sus labores docentes de igual manera. En cambio, existieron docentes los cuales fueron víctimas de la política y sus pagos se retrasaban quedando sin algún sustento económico. Por ultimo otros maestros durante la revolución participaron en alguna de las facciones o grupos revolucionarios como ideólogos, escribanos, secretarios y consejeros de los jefes, organizadores y dirigentes de campesinos y obreros.
Durante la revolución las escuelas normales se convirtieron en un aspecto muy importante, ya que por un lado transmitieron y reprodujeron los valores del orden, y por otro, fueron transmisoras de los valores del cambio. Al mismo tiempo, las escuelas normales, se volvieron desde esta época un problema que afectaba al gobierno, ya que en esta época estas instituciones se volvieron nidos de conservadores y cuna de revolucionarios.
LA CREACIÓN DE LA SEP.
Otro punto importante después de las luchas sociales del Porfiriato y de la revolución  fue exactamente la creación de la SEP. Esta etapa está marcada por un cambio rotundo en la forma de ver a la educación, ya que ahora existiría una nueva forma de organizar la educación, una nueva forma de brindar la instrucción pública.
Tras las caída de Carranza, ocurrida en 1920, aparece un personaje que marcaría por completo a esta etapa de la historia de la educación, José Vasconcelos para esta época ya tenía gran influencia en órganos de la cultura nacional.
En 1920, Vasconcelos, por indicaciones de Adolfo de la Huerta, ocupara la jefatura del departamento universitario y bellas artes, sitio desde el cual realizo una campaña de reforma en los modelos educativos y en la teoría pedagógica del sistema. Para esta época, José Vasconcelos comenzaba a mostrar las grandes ideas de cambio que la tenía y comenzaba a trabajar para ponerlas en práctica en nuestro país.
Estaba claro que Vasconcelos para triunfar con sus ideas necesitaba de más personas que le ayudaran, por ende, su proyecto educativo, institucional y nacionalista, fue elaborado con la colaboración de personajes de talla intelectual y conciencia comprometida  con la renovación cultural que se deseaba. Entre estos personajes se encuentran Ezequiel Chávez, Enrique O. Aragón, Mariano Silva y Aceves Alonso Caso, Manuel Gonzales Morín y Alberto Vázquez del Mercado, los cuales pertenecían al grupo llamado “los sabios”.
El 29 de Septiembre de 1921, se expide el decreto que declara la creación de la Secretaria de Educación Pública, pero quedo instalada debidamente hasta el día 10 de octubre de 1921, mismo día en el que inicia sus funciones. Desde ese instante la educación en nuestro país fue muy diferente, ya que ahora existía una instancia que solo se encargaba de regular la educación y la cual tenía bajo su responsabilidad guiar por un buen camino a la instrucción educativa.
“Como secretario de Educación del Gobierno Federal, Vasconcelos es el iniciador de las campañas de alfabetización y el principal impulso de la construcción de las escuelas en nuestro país” (López, 2011). Para esta época gracias al auge de la inversión extranjera comenzada desde el Porfiriato, se contaba con un buen recurso para cumplir con cada una de las ideas de José Vasconcelos, es por ello que el dinero no impidió que las ideas de Vasconcelos se hicieran realidad.
Con la creación de la secretaria de educación pública se puede decir que comenzó la educación popular en México, la educación para las masas, al tiempo de buscar la modernización. La gestión de Vasconcelos duro dos años cinco meses de octubre de 1921 a junio de 1924, meses en los cuales trabajo para sacar adelanta a la educación de nuestro país.

CONCLUSIONES.
La educación de nuestro país ha atravesado diversos procesos hasta consolidarse en la educación que tenemos actualmente, una época de gran impulso, y de consolidación comenzó justamente desde el Porfiriato. Como conclusión general de estos temas que acabamos de tratar, podemos decir que, a pesar de los grandes esfuerzos que se han hecho por tener una buena educación en nuestro país, actualmente no se ha consolidado por completo una educación de calidad, una educación que asegure la igualdad, la equidad y que acabe con el analfabetismo.
Hablando específicamente de la época del Porfiriato, no todos los aspectos fueron malos, sino al contrario, a esta época le debemos que hubiéramos una buena economía y lo cual posibilito que en la época de Vasconcelos se creara y se pusieran en práctica cada una de las ideas de este gran personaje.
A la revolución le debemos el gran auge que tuvo las escuelas normales como formadoras de docentes, así también una conciencia de lucha a favor de la defensa de los derechos de las instituciones educativas. Aunque para muchos este aspecto puede no ser tan bueno, nosotros lo decidimos destacar, ya que durante la revolución nos dimos cuenta que el docente no solo era el que por tradición estaba en su salón de clases impartiendo los temas, sino por el contrario, está relacionado con la comunidad y comprometido completamente con la sociedad.
Por último, la creación de la Secretaria de Educación Pública fue la parte fundamental de consolidación de una educación como la conocemos actualmente, por lo tanto lo resaltamos como el punto fundamental de la educación de nuestro país, de lo contrario si no existiera una institución que regulara la educación, la situación de nuestro país estaría peor. En nuestras manos esta  mejorar aún más la educación de México, formando a mejores ciudadanos construiremos una nación mejor.


1 comentario:

  1. HajxgeB:& que x irse de izrux dyyfcfufifuxexurrxurxfux xxururfufxuxufxufxfufy

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